lunes, 3 de marzo de 2008

Un plato en honor a mi apellido materno

Vuelvo hoy con otra humilde receta que retoma a mi amigo el tomate como verdadero protagonista. En esta ocasión me apetecía hacer algo nuevo así que decidí lanzarme a experimentar con algo de cuchara.

Para esta receta he necesitado 3 tomates maduros, un poco de romero, aceite de oliva y sal. Pocos ingredientes para un plato con bastante sabor, sin duda, debido a la presencia de este tipo de hierba aromática.

El proceso es bien sencillo. Lavar y cortar los tomates en trozos. Añadirlos a un cazo con agua, sal, y la ramita de romero para que se calienten sin llegar a cocer. Una vez bastante calientes, los pasamos al vaso de la batidora y le damos un meneo hasta que adquiera la textura deseada. En mi caso me he pasado un poco de la cuenta por lo que no he conseguido la espesura que tenía en mente.

Retiramos el contenido de la batidora y elmiminamos todos los tropezones pasando nuestra receta por un chino o un colador. Tan sólo queda añadir un poco de aceite de oliva y batirlo muy bien. A la hora de servir, una nueva ramita de romero reforzará ese sabor tan delicioso.

Y en algo menos de 22 minutos. No obstante, no estoy tan contento por el fallo en la textura. Seguiremos mejorando.

1 comentario:

Anónimo dijo...

ánimo, sigue así, igual la cocina es tu segunda vocación, si no te va bien de periodista siempre puedes hacerte cocinero. Un beso. Mayte