sábado, 26 de enero de 2008

Space Jam: Nos creímos que los dibujos existen


Anoche me fui a cenar con los amigos. Era una cena que estaba pendiente desde Navidades pero que como suele ser habitual en estas cosas, se va postergando cada vez más. Sin embargo, anoche finalmente nos reunimos todos. A la salida del sitio, empezamos hablar de unas cosas y otras hasta que acabamos recordando lo buena que fue la película en la que Michael Jordan compartía cartel con Bugs Bunny en persona. Era la primera vez que veíamos a uno y otro juntos en cartel.

La historia se resume esencialmente en esto: Uno seres extraterrestres del mundo de los dibujos llega en busca de Bugs Bunny y los suyos con intención de llevarles secuestrados a un parque de atracciones en su mundo (Tontolandia) con el cometido de mantenerles como exclavos a costa de hacer reír a los clientes. Al final se llega al acuerdo de que sólo irán con ellos si dichos extraterrestres les ganan a un partido de baloncesto. Es entonces cuando acuden al mundo real en busca del mejor jugador de baloncesto del mundo (Michael Jordan) para que esté de su lado. Lo que el equipo de Bunny no sabe es que esos seres de otro mundo también cogieron las habilidades de los compañeros de Jordan.

En aquel tiempo nos resultaba una película rara, llena de expectación a causa de reunir por primera vez en una gran superproducción, el mundo de los dibujos con nuestro mundo real; encarnado por el conejo y el ex jugador de baloncesto, respectivamente. Con esa película realmente todos los chavales que estábamos en los cines nos creímos que aquello podía ser posible. Que los dibujos que veíamos de pequeños los niños que nacimos en los 80, estaban realmente vivos.

Además de ello, la película cuenta con una banda sonora excepcional. Contiene básicamente música negra, alguna balada mezclada con ritmos de hip hop, R&B e incluso algún tema más cercano al techno.

La volví a ver hace no mucho y para mí no ha perdido ni un ápice de toda la magia que me atrapó cuando era un niño, sentado en el cine con un gran cubo de palomitas. Ese día me creí, me convencí, de que Bugs Bunny y los suyos volverían a aparecer en el mundo real cuando tuvieran algún problema.

Y cuando sea así, yo estaré en el mejor sitio del cine.

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