jueves, 10 de enero de 2008

En 1987 comienza la Leyenda de Zelda

Hoy comienzo la serie dedicada a los juegos inspirados en la saga de Link y la Princesa Zelda. La primera entrega hizo su aparición en la primera consola de sobremesa de Nintendo (NES) y rápidamente se convirtio en un éxito gracias a los nuevos planteamientos que aportaba a lo que habían sido los videojuegos hasta ese año. Nintendo ya había demostrado gran talento con la presentación de Super Mario Bros en la consola unos años antes. Se había colocado a la cabeza del género de las plataformas. Ahora le tocaba el turno a Link -hasta ese momento un completo desconocido para la gente. Había, pues, que darle a conocer. Y la única manera de hacerle un hueco perpetuo en la memoria del público era dotar a este juego de gran personalidad y elementos innovadores.

El juego se presentaba en un lujoso -y enorme- cartucho dorado que luego en el futuro repetirían con Majora´s Mask para la Nintendo 64. Esa fue la primera razón visual de diferencia para la gente que se acercaba a Link. Otra de las razones poderosas fue el sistema de guardado que incluía el cartucho. El primero juego que permitía guardar las partidas. Lo que hoy nos parece fundamental nos lo enseñó Nintendo con el primer Zelda. A la hora de jugar, la sensación se convertía en grandiosidad cuando descubríamos atónitos que podíamos movernos con total libertad por un mundo enorme para la época. El planteamiento que convirtió a la saga GTA en un superventas ya nos lo había mostrado Link en la NES. Sí, resulta muy paradójico.

El juego introdujo una importante novedad: Me refiero a la asignación de objetos de inventario a los botones del mando. Esto permitía hacer acciones más variadas que ir solo por ahí con la espada matando bichos. En lo que se refiere a la historia, en este primer cartucho no se trataba de una trama muy profunda. El maligno brujo Ganon secuestra a la Princesa Zelda con la intención de arrebatarle la trifuerza de la Sabiduría (La trifuerza es el sagrado triángulo que contiene la esencia del poder -en manos de Ganon- , la sabiduría -residente en Zelda- y el valor -lo posee el héroe designado por las Diosas, por eso no es siempre el mismo Link) La trifuerza de la Sabiduría se divide en ocho fragmentos que se reparten por los rincones más remotos de la tierra de Hyrule. El protagonista habrá de encontrarlos todos superando puzzles y combates que van subiendo de dificultad hasta llegar al enfrentamiento final en el que hace uso de todas las habilidades aprendidas hasta el momento.

Sí, al final Link derrota (que no vence) a Ganon y rescata a la Princesa Zelda.

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