miércoles, 27 de febrero de 2008

... Y la luz se hizo

Gracias a mi tercer sueldo, y afortunadamente no el último, por mi trabajo en el Colegio de Físicos, he podido comprarme algo que me da cierto apoyo en una de las debilidades de las cámaras de Canon: la luz.

Ayer por la tarde, a la salida del trabajo, me desvié de mi recorrido habitual con la intención otro recorrido (también bastante habitual) hacia el Fnac. Tenía la posibilidad de invertir el dinero en un nuevo objetivo que me permitiera hacer más juegos con la profundidad de campo o bien suplir una carencia que estaba empezando a notar en mis sesiones de práctica con la cámara. Necesitaba una luz en condiciones.

Así pues, el flash de mi cámara evolucionó como los Pokemon. No es una de las grandes maravillas de la gama, pero me aporta lo que yo necesito o mejor dicho, lo que mi presupuesto puede considerar oportuno que yo necesite. A pesar de que no es un modelo de los malos, no llega a la calidad de los de gama alta que valían el doble de lo que yo disponía.

Con este nuevo accesorio, de un buen número guía, no sólo voy a poder contar con un apoyo lumínico, sino que además puedo controlar la dirección de la luz mediante el movimiento del cabezal del aparato. Esto es una gran ventaja, porque a la hora de hacer la foto, se consiguen unos colores y una iluminación mucho más naturales que con las fotos realizadas con el flash apuntando directamente.

A partir de ahora, lo de siempre, tengo que ir probando con el entorno y las personas que me rodean hasta saber entender el complicado idioma del mundo de la luz.

1 comentario:

Anónimo dijo...

aunque yo no entiendo pero qué diferencia entre las dos fotos, cuanta luminosidad, verás qué equipazo vas a tener. Un besote. El viernes nos veremos en el teatro, je, je. mayte