martes, 19 de febrero de 2008

No subestiméis los platos verdes


Retomo el libro de recetas de Julius con un plato verde que me apetecía hoy; y como las ocasiones en las que me apetece comer verde no se dan con excesiva alevosía, merecía una mención en esta tribuna la siguiente receta tomada del libro de mi televisivo maestro: Tomates rellenos.

Como novedad, antes de ponerme a la faena, confeccioné un pequeño bodegón destinado a ser fotografiado antes de la transformación en un plato que, a pesar de su humilde apariencia, es capaz de dar de quitar el hambre al mismísimo Obélix.

Me han hecho falta un par de tomates maduros, media cebolla, una latita de atún, otra de maíz, unos pocos langostinos, mayonesa y algo de lechuga. No sé si la otra vez os lo dije pero recordarme que para la próxima me agencie un buen cuchillo, joder; que con el que tengo parece que estoy haciendoo cosquillas a la comida en lugar de cortarla. De estas cosas sólo se acuerda uno cuando esa herramienta se convierte en tu mejor amigo en platos algo más elaborados.

Comenzamos el asunto, delantal mediante, cortando el sombrero de los tomates para vaciar el contenido de los mismos con ayuda de una cuchara. Apartamos la pulpa que luego utilizaremos y dejamos los tomates huecos para introducir lo que preparamos a continuación.

Se pica la cebolla y los langostinos lo máximo que buenamente permita el puto cuchillo del cocinilla. Posteriormente se escurre la lata de atún junto con la de maíz para quitarle todo el líquido. Seguimos con un bol al que previamente metemos dos o tres cucharadas soperas de mayonesa y a lo que añadimos la pulpa del tomate, el maíz, la cebolla, el atún, y los langostinos. Todo esto lo mezclamos muy bien. Llegados a este punto ajustamos de sal a nuestro gusto.

Comienza el proceso de engordar los tomates con toda la mezcla que hemos preparado. Una vez rebose hasta los topes, se les vuelve a poner su sombrerito. Sólo queda preparar el plato con una cama de lechuga, remolacha, etc y poner los tomates encima.

El abajo firmante escribe esto tras verse en la necesidad de reposar irremediablemente tras su degustación. Con ese plato se acaba el hambre en África.

Ah, y en 27 minutos. Seguiremos mejorando.



1 comentario:

Anónimo dijo...

UUUUUAAAUUUUU, qué pinta tiene ese plato, vaya cocinilla que estás hecho, enhorabuena. Un besazo. Mayte