domingo, 24 de febrero de 2008

La escritora que hizo magia de verdad



Me refiero sin duda a la señora J.K. Rowling, autora de la saga de libros protagonizada por el mago adolescente Harry Potter. En esta semana que hoy termina ha sido noticia la salida al mercado español de la séptima y última novela del mundialmente conocido mago: "Harry Potter y las reliquias de la muerte".

J.K. Rowling ha conseguido algo que me parece fundamental: Ha conseguido que muchos niños y no tan niños se conviertan en unos adictos al personaje mágicamente creado. Ha convertido al mago adolescente en un auténtico fenómeno de masas sin la necesidad de una campaña de marketing agresiva como hemos visto en otros casos. Ha hecho posible que los niños, cada vez más alejados de la lectura, sean capaces de colapsar cualquier librería o centro comercial tras la noticia de una nueva entrega.

Si bien es cierto que las películas han ayudado mucho a la escritora británica, ella no ha ocultado en ningún momento que no se siente orgullosa de las mismas, y admite que vendió los derechos porque en aquel momento en que ella empezaba necesitaba dinero para poder salir adelante.

Siempre he pensado que es el libro el que escoge al lector y no al revés. Es por eso por lo que resulta tan complicado acertar con este tipo de regalos cuando se pretende obsequiar a alguien con ellos. El escritor ha de dotar a su obra de esa magia especial que haga brillar su obra respecto de las demás compañeras de estanterías. Y eso lo ha conseguido la señora Rowling.

A mí no me gusta Harry Potter, lo detesto. Me aburrí soberanamente en su primera aventura tanto entre sus páginas como en el cine. Ese crío no ha logrado calar en mi interior y no quiero forzar a lo contrario. No obstante, conozco la inmensa labor que está presente en todo proceso de creación literaria. Un trabajo precioso pero que frecuentemente se nos obliga a ceder ante las presiones de una editorial, con la consecuencia de tocar esa criatura que hemos visto nacer en nuestra mente y criado en el papel.

Por esa misma razón no puedo hacer otra cosa que reconocer el inmenso y merecido éxito que está cosechando la escritora británica a lo largo de siete extensas entregas. Se ha convertido en una auténtica leyenda viva de la literatura.

Una mujer de carne y hueso que hizo magia de verdad con la ayuda de un niño mago ficticio.

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