jueves, 7 de febrero de 2008

Ningún debate... entre los políticos.

Fue exactamente como digo en el titular. Como os dije ayer, he acudido hoy al Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) para tomar notas y hacer algunas fotos como la que pongo sobre estas líneas.

El que está de pie es el Presidente del CSIC y sentados, desde el fondo la representación parlamentaria del PNV, el PSOE, el moderador y Presidente de la Confederación de Sociedades Científicas de España (COSCE) Joan Ginovart, el representante del PP, la de CIU y la de IU, a la que no se aprecia en esta foto.

Frente a ellos se encontraba un auditorio bastante maduro, compuesto aproximadamente por las 100 personas. Un rápido vistazo a la audiencia me transmitió rápidamente la sensación de que estaba rodeado de gente bastante metida en la materia, y que seguramente pondrían en algún aprieto al político de turno.

El turno de palabra comenzó bastante más tarde de la hora estipulada, pero bueno, preparé todo mi campamento en uno de los asientos, con la grabadora en marcha y me levantaba de vez en cuando para fotografiar, aprovechando el momento en que todo político empieza a divagar, por no decir chochear.

Comenzaba la sucesión de charlas liderada por la diputada de Izquierda Unida, y realmente parecía que pintaba bien, parecía que había programa e ideas. El problema vino cuando el resto de intervenciones resumió con otras palabras y se auto-pusieron medallas. Me transmitió una profunda decepción escuchar los mismos proyectos de boca de todos los partidos tan, supuestamente, diferentes.

La última en hablar fue la del PSOE, como representante de la actual política llevada por el gobierno. La sensación de pesadumbre no se dibujaba únicamente en la cara del abajo firmante, era un sentimiento general. La diputada socialista volvió a repetir todos los logros hechos bajo el paraguas socialista y prometió más dinero para hacer más y mejor.

Posteriormente se abrió el turno de preguntas. Un laberinto de manos alzadas deseando decirles cuatro cosas a sus señorías. Mi impresión fue la de escuchar quejas de un auditorio cansado de que les cuenten lo mismo y no ver resultados a corto plazo o, más allá, palpables por ellos mismos.

Me quedo con las palabras finales de Joan Ginovart al darse cuenta, como científico, de la ausencia de posturas diferentes: "Bueno señorías, puesto que ha quedado demostrado tras sus intervenciones que todos perseguimos los mismos objetivos, espero que estas cosas se aprueben en el Parlamento por la más absoluta unanimidad"

Y finalmente, dirigiéndose al auditorio: "Está visto que gane quien gane el día 9 de marzo, ganamos todos".

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