Una película donde la protagonista es lo de menos

Esta tarde no cabía en mí el gozo cuando me entero de que el Fnac me ha canjeado todos los puntos por 16 eurazos. Ni corto ni perezoso me he escapado hasta ese templo zen para todo friki que está en Callao y no he dudado en agenciarme la tercera parte de Resident Evil, estrenada en los cines el pasado octubre y que no tuve ocasión de ver.

Personalmente me parece que la película consigue transmitir muy bien en algunas secuencias muy contadas la sensación que a uno le recorre la espalda cuando es él quien está a los mandos. Los zombis son ya algo perfecto, casi reales, muy alejados de aquellos que vimos en la primera entrega. Repiten su aparición los perros-zombi mucho más aterradores que nunca. La novedad en toda la fauna endemoniada la ponen los esperados cuervos que tantos problemas nos dieron en las diversas entregas de los videojuegos. El aficionado a los mismos verá en el largometraje un adelanto a lo parecido que puede ser Resident Evil 5, que saldrá para consolas a lo largo de este año.

Respecto a los personajes, me quedo con dos de ellos que todo aficionado a los videojuegos sabrá apreciar: Claire Redfield, que ya fue protagonista en la segunda parte del juego y que nos transmite lo mismo que cuando estábamos a los mandos. Pero la aparición estelar la hace el Presidente de la corporación Umbrella: Albert Wesker, que en cada una de sus frases consigue llenar por completo la pantalla. Los fans del videojuego disfrutarán con cada una de sus intervenciones.

No hablaré del final de la película para no estropearlo a aquellos que quieran disfrutarla, pero ganas no me faltan porque tiene bastante chicha que espero poder debatir con algún interesado. Sólo adelanto que acabé bastante cabreado con el final.

¿Y por qué no he mencionado en ningún momento a la protagonista Alice encarnada por Mila Jovovich? Ah, pues lo de siempre: más tiros, mucha sangre, vísceras y que sale vestida en más metraje respecto a las dos entregas anteriores. A pesar de ello, la película está planteada para el total lucimiento de la protagonista (El director es su marido) Pero mira, me alegro de que esté tan bien realizada en otros aspectos que nos permitan la ocasión de olvidarnos por un momento de la matazombis principal.