jueves, 3 de abril de 2008

La cámara, un arma letal

Me ha llamado la atención este poster publicitario que nos llega de manos del gobierno británico. No hace falta que explique un imagen que se supone está para que un ciudadano de cualquier clase social capte el mensaje.

La policía británica no tiene ningún apuro en etiquetar a todo aquel que disfruta haciendo fotos en una ciudad. Ya no basta con que nos impidan fotografiar en determinadas situaciones (a los periodistas nos tocan mucho las narices con eso) Cualquier policía que se encarga de custodiar un recinto debe de creer que cualquier tío; especialmente el típico turista que lleva camisa, pantalones cortos, calcetines blancos y cholas (chanclas, para mis lectores peninsulares) son susceptibles de cosas como, por ejemplo así a botepronto... ser terroristas.

Los artífices de esta idea alegan que un terrorista antes de ejecutar acciones brutales, generalmente, fotografían el lugar de la acción y estudiar el lugar desde diferentes puntos de vista. Bueno, os dejo con el texto literal de la justificación que da la policía londinense:

Miles de personas toman fotos todos los días. ¿Qué pasa si uno de ellos parece extraño? Los terroristas planifican los ataques sacando fotos y tomando notas acerca de las medidas de seguridad como la ubicación de las cámaras de circuito cerrado. Si ves a alguien haciendo eso, necesitamos saberlo. Deja que nuestros experimentados policías decidan las medidas que adoptar.

Más le valdría a la administración gastar el dinero público en verdaderas medidas para evitar atentados y no atacar al pobre turista que va tras un recuerdo gráfico de allí donde ha estado. Con mensajes como el de este cartel se hace un flaco favor al turismo y se insulta al sentido común.

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