miércoles, 18 de junio de 2008

Una victoria más moral que numérica

España buscará el domingo a los italianos con ganas de sangre, más roja que la camiseta nacional tras nuestra victoria sobre los helenos por 2-1.

Ha habido diferencias abismales entre las dos mitades del partido, tanto que podrían pasar inadvertidas por encuentros distintos. Los primeros 45 minutos han sido meramente teatrales, aburridos, con alguna jugada interesante y con un gol en contra. La nota más desagradable y pesada la ha puesto quizá el propio árbitro inglés, empeñado en pitar absolutamente todo, lo que ha imprimido gran lentitud al desarrollo del juego.

El gol antes del descanso ha hecho despertar a la joven bestia española que no contaba con su plantilla titular. La segunda parte ha sido un partido interesantísimo motivado por el empate de De la Red al poco de comenzar el segundo tiempo. Ha sido cuando nuestra selección ha cambiado el estilo de juego y ha empezado a comportarse como mínimamente se la ha de esperar el domingo.

Un portentoso Reina ha demostrado su calidad ante las llegadas largas de los griegos y ha estado muy solvente en todos los momentos de tensión, producto de esos balones aéreos que tan bien dominan los blanquiazules.

El resto de la segunda parte ha sido un recital de ataques de la selección española a la portería del veterano Nikopolidis, a quien esta competición -sumado a su avanzada edad- se le empezaba a hacer muy cuesta arriba.

Finalmente, y tras muchos intentos, ha sido Güiza el que ha cabeceado hacia la victoria española inyectando la moral que la selección necesitaba para apuntarse un total en victorias de 3 de 3.

Tanto va el cántaro a la fuente que... Pues que sea siempre así, al menos el domingo.

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