Me entero a través de Vaya Tele del nuevo logotipo que pretende lucir la cadena de televisión pública en base a todos los cambios que está experimentando especialmente en lo que a su plantilla se refiere: jubilaciones superanticipadas.Una vez presentado el trabajo de los diseñadores y publicistas a alguien le toca dar el tipo presentando este esperpento a la prensa. En este caso fue el presidente de RTVE, Luis Fernández, quien argumentó que esta nueva imagen pretende ser un reflejo de la "nueva etapa que exige una modernización acorde con todo lo que se está viviendo en el sector audiovisual".
Personalmente opino que han tirado por la borda un logotipo que no había ninguna necesidad de cambiar porque hoy en día seguía cumpliendo perfectamente con su función. Nos transmitía el valor de la experiencia, seriedad y familiaridad con los últimos años. Por el contrario, esta nueva imagen comunica intencionadamente la intención de convertir en una cadena joven precisamente la más vieja de todas las de la parrilla.
Los trazos más redondos comunican informalidad y cercanía, pero el hecho de poner la última letra de un cuerpo sensiblemente mayor que las otras dos es señal de desorden e inexperiencia. Que sí, ya sé que la última letra quiere resaltar el carácter "Español" de la televisión. Bueno y el degradado de azul a blanco no me parece del todo mal, pero no es un añadido que, a mi juicio, acompañe correctamente al logotipo.
En los últimos años hemos visto el nacimiento de numerosas cadenas con sus logotipos. Ninguno nos ha chirriado a la vista porque transmitían una imagen de juventud que se corresponde con la realidad. TVE debía haber conservado el valor que la hacía única: el medio siglo de existencia que el resto no ha podido conocer.
En fin, la sociedad cambia, la televisión también y por suerte o por desgracia, sus logotipos no se quedan atrás. Los años no pasan en balde.
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