Un hombre con 50 años menos 532 días

Con motivo del primer programa de Diario de la Noche, Fernando Sánchez Dragó invitó a una persona que para el que se está aproximando al ecuador de la veintena, recuerda de una manera muy clara. Ese hombre fue D. Jose Antonio Ortega Lara, el hombre secuestrado por ETA durante un año y medio.

Este hombre, funcionario de prisiones por aquel entonces perdió parte de sí mismo en el interior de un zulo donde únicamente podía dar tres pasos antes de toparse con la pared, con ninguna luz salvo una tenue bombilla, con la humedad propia de encontrarse cercano a un río, con la debilidad física que conlleva una mala alimentación; y lo que es más importante: el convencimiento de que aquella iba a ser la tumba donde te iban a enterrar.

Desgraciadamente, tras su liberación, diez días después ETA secuestraba a Miguel Ángel Blanco, al que mataron 48 horas después. Lara y Blanco, a pesar de estar uno vivo y otro muerto, simbolizan exactamente lo mismo: el dolor del terrorismo y la ocasión donde se ha podido ver al pueblo español más unido.

En el programa de Dragó, en Telemadrid, Ortega Lara concede por primera vez en diez años -momento de su liberación- una entrevista en un programa de televisión. No he podido evitar emocionarme y sobrecogerme al mismo tiempo que escuchaba las palabras de este verdadero ser humano.

Os recomiendo encarecidamente su visionado, en un tiempo donde en la televisión abunda la zafiedad que también incluye a la clase política de este país. Este hombre es un oasis de calidad en medio de un inmenso desierto de estupidez.

Las paradojas de la vida. Un hombre al que se le ha destrozado cuerpo y mente, que no ha visto la luz del sol durante año y medio se pone al frente de la cámara y dice cosas más sensatas que el resto de la sociedad que seguirá el despliegue informativo sin precedentes -es verídico- de la boda de Belén Esteban.

¡Qué país! Esta consciencia de la sociedad española de hoy es lo que hace a uno valorar entrevistas como la que remito hoy.